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Nunca habían visto tanta agua…

 

La estación de lluvia de 2014 fue la más fuerte desde a lo menos 30 años.

 

Pasamos un mes en el Beni inundado, en el rio Mamore. De Puerto Villaroel en el Chapare bajamos por el rio Ichilo hasta que se une con el rio Chapare formando el gigante Mamore.

 

Cruzando la mitad de Bolivia, esas aguas desembocan en el océano Atlántico.

Bajamos 1365 km por este rio que alcanza más de 10km de ancho inundando la selva.

9 días de travesía hasta Guayaramerin el extremo norte del Beni, la frontera con Brasil

9 días en un barco de Ochoa empujando una cisterna llena de 500.000 litros de gasolina

9 días metidos en el gigantismo de la naturaleza, en el corazón de la selva, en una arteria del continente.

Ida y vuelta en el Rio Mamore

Bolivia - Marzo 2014

Esos barcos son la casa de la tripulación. Hacen larguísimos viajes una y otra vez del Chapare a la frontera con Brasil, de Puerto Villaroel a Guayaramerin… luego del otro lado.

Los pilotos manejan con turno de 5 horas, día y noche. Los mecánicos viven EN el motor, tan rodeados del continuo ruido que algunos se olvidan de emitir sonidos…

La cocinera alimenta con generosidad a todos y nunca falta el masaco de plátano al desayuno !

Bajo el rio, otro mundo. Más de 15 metros de profundidad son el hogar de anacondas hipnotizantes, caimanes gigantes, pirañas carnívoras… y bufeos. Rosados delfines de agua dulce los bufeos curiosos se nos acercaron muchas veces.

 

Cuentan que, celosos, si un hombre se cae al agua los bufeos machos los arrastran al fondo mientras que las hembras lo salvan… y al revés por las mujeres.Un hombre de la tripulación se cayó una noche de tormenta… Una bufea buena debio ayudarlo pues con muchísima suerte lo encontraron 12 horas después…vivo

Mapajos, bibosis, chuchios, frutales, ficus, ochoa, balsas ambaigos, mimosas… la selva alberga más de 400 especies vegetales por 100ha!

Nos les revelo por dentro con sus colores tamaños y formas tan distintas

 

Compañeros de viaje vivimos rodeado de aguilas, multitud de elegantes garzas, coloridos papagayos, martin pescadores…

Grupos de monos naranjos nos miraban curiosos mientras otros gritaban como fantasmas escondidos en la selva

 

Las tierras inundadas nos dejaron ver tejones, osos bandera, jochis, taitetus, hantas…intentando escapar del diluvio

Al contrario a los caimanes y anacondas, felices, se le agrando el comedor… 

De ida y vuelta Puerto Siles fue escala. Pueblo destruido por el agua, millones de vacas muertas flotando y contaminando el agua, kilogramos de charque secando, bufeos andando por las calles… pero Kambas que todavía te sonrien y son solidarios frente a la falta de ayuda del gobierno occidental…

El cielo se deja ver en 180 grados.

 

Se ve hasta que se une con la selva demostrando la curva del planeta.

Amaneceres y atardeceres pintan de colores el cielo y el agua mientras las tormentas rayan el cielo nocturno con su luz eléctrica y su estruendo aterrador.

 

En las noches despejadas, las estrellas pasean por la copula celeste luego parecen caminar en la tierra misma

Llegamos a Guayaramerin el 9no dia con el chancho Lucifer, la tejoncita Candy y una familia volviendo a sus tierras… inundadas. Seba tiene 39.7 de fiebre, le agarró el dengue dejándolo tiritando y delirando los tres últimos dias de viaje. Los doctores brasileros del hospital lo curaron en una semana.

Convivencia con las víctimas de víboras y accidentes de motos en el hospital.

Guayaramerin extremidad norte del Beni ciudad de negocio con Brasil. Sus habitantes son kambas sonrientes cuya distracción del domingo son vueltas a las plazas a pie y sobre todo a moto ! Se charla, se mira, se coquetea en moto de 1, 2, 3 o 6 en la misma !

 

El agua sigue subiendo en Guayaramerin, los barcos se toman las calles, gente y víboras escapan en las alturas, las casas y columpios bajo agua…

Con Seba ya sano nos encontramos entonces atrapados en la caliente ciudad de Guayara… todos los caminos estan bajo agua, peor del lado brasilero…Así que embarcamos de nuevo en una cisterna ! 

Dirección Trinidad esta vez, subimos durante 6 días el rio Mamore.

La tripulación esta vez tiene más niños y una familia que, como muchos, escapa la inundación para ir a probar la suerte en Santa Cruz.

 

De nuevo las estrellas nos cuentan otros mundos y la selva nos revela los secretos y belleza de nuestra planeta, un cosmos entero cuyas formas desbordan los límites de la imaginaciónFue un mes al ritmo lento y potente, fluido y eterno del agua. Un mes en el rio Mamore 

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